En 1976 se estrena la película «Nace una Estrella», protagonizada por Barbra Streisand y Kris Kristofferson.
De toda la banda musical, «Evergreen», el tema de amor, fue la única canción que se convirtió en un clásico. Las demás, así como las características particulares de la escena final, pasaron prácticamente desapercibidas.
Durante los ocho minutos finales, muchísimo tiempo para una sola toma, se la ve a Barbra en primerísimo primer plano, interpretando las últimas dos canciones.
La escena se filmó con una sóla cámara, absolutamente quieta. El sonido es el real, no se hizo doblaje y no se repitió la toma. Así fue, y así quedó.
Pocos son los que con las expresiones de su rostro y su voz, pueden hacer de estos minutos una joya.
Apenas un micrófono, un par de luces, y ella. Única.